BLANCA SIERRA

BLANCA SIERRA
BLANCA SIERRA, cantante y gran intérprete

BLANCA SIERRA. por Luis Eduardo Páez García


En las horas de la tarde del viernes 21 de julio de 2006, falleció en la capital de la República la incomparable artista Blanca Sierra.

Había nacido en Gamarra el 29 de septiembre de 1935, en el hogar de don Luís Octavio Sierra y doña Ana del Carmen Trigos de Sierra.

A muy temprana edad, la familia de Blanca Sierra se traslada a Ocaña y allí realiza sus primeros estudios. Se inicia en la carrera artística en la emisora Ecos de Ocaña donde llevaba a cabo presentaciones con Vicente Contreras (violín) e Ismael Contreras (guitarra); viaja luego a Barranquilla donde lleva a cabo presentaciones en importantes radiodifusoras, como la Voz del Atlántico. De regreso a Ocaña, don Bernardo Silva Gómez, dirigente político de la época, la vincula permanentemente a un programa radial donde alterna con prestigiosos músicos y compositores locales, como el maestro Rafael Contreras Navarro y los integrantes de la famosa Orquesta de "Rocho". Viaja nuevamente a Barranquilla y participa en Emisoras Unidas, y luego a Bogotá, hacia 1955, donde trabaja en espectáculos radiales organizados por las emisoras Nuevo Mundo y Nueva Granada. Su desenvoltura y excelente voz, le permiten iniciar diversas giras nacionales que la colocan en escenarios junto con personalidades como Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Lola Beltrán y varias agrupaciones destacadas de Argentina. De Colombia pasa a Venezuela, hacia 1969, durante una época de oro que le facilita la prórroga de contratos artísticos y su posicionamiento como una de las mejores cantantes del país.

De regreso a su patria, los medios de comunicación declaran a Blanquita Sierra como la "Alondra de Colombia", gracias a su versatilidad, manejo escénico y prodigiosa voz. Se suceden las giras por Puerto Rico, Guatemala, Ecuador, México y Panamá y sus presentaciones con las mejores orquestas colombianas, como la de Pacho Galán. En México es coronada como la reina de las artistas colombianos. Por esta época, se produce en Colombia un veto a los artistas mejicanos debido al mal trato que recibían nuestros nacionales en el campo artístico en el país azteca. Para conjurar la crisis, el Presidente de la república, doctor Carlos Lleras Restrepo envía una delegación de artistas de nuestro país a México, integrada por Blanca Sierra, Emeterio y Felipe, "Los Tolimenses", "Bovea y sus vallenatos", el Quinteto Dalmar, el Indio Rómulo, el Trío Los Isleños, Mario Gareña, el Valet de Raquel Ercole, Fernando Lizarazu, entre otros, los cuales realizan exitosas presentaciones en México y logran firmar un documento gracias al cual se levanta el veto en Colombia y se regularizan las relaciones entre los artistas de ambas naciones. Blanca Sierra jugó aquí un papel importantísimo, dado su prestigio internacional.

Blanca Sierra hizo parte del conjunto "Cordillera", del maestro Jacinto Jaramillo, y estudió actuación y materias afines a su carrera artística. Su voz inolvidable recorrió todos los importantes escenarios nacionales y suramericanos, inmortalizando melodías como Aunque me cueste la vida, "Y", Ya sin fe, Quién lo creyera, Hasta aquí llegamos, Solo Dios, Mi deseo, y otras que aún tararean los amantes eternos del bolero.

En Ocaña, el recuerdo imborrable de Blanquita Sierra se remonta a aquellos apoteósicos recibimientos en Ecos de Ocaña y los teatros Morales Berti y Granada, llenos hasta reventar por un público que siempre reconoció la calidad artística de esta hija adoptiva de Ocaña. La colonia Ocañera residente en Bogotá le rindió un justiciero homenaje de reconocimiento en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, y el 30 de octubre de 2002 la Sociedad de Autores y Compositores SAYCO rindió también sentido homenaje a la artista junto con Lizardo Díaz en el Salón Goya de la Casa España.

El fallecimiento de de Banquita Sierra llena de luto la comunidad cultural de la región de Ocaña y al pueblo de Gamarra. La "Alondra de Colombia" seguirá cantando en nuestros corazones y su recuerdo siempre palpitará en las notas inmortales del viejo y nostálgico bolero. Paz en su tumba.